Calidad de vida urbana y realidad del Gran Concepción
Helen Martin
Presidenta CChC Concepción
Recientemente, la CChC junto al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica dieron a conocer los resultados del Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) 2021, análisis que intenta entregar un panorama de las virtudes y brechas de las ciudades en el país.
En la medición, Concepción figura entre las 10 mejores urbes para vivir y segunda entre las áreas metropolitanas, luego de Concón, ofreciendo, según este indicador, una alta calidad de vida urbana. Entre los atributos que se destacan están las condiciones socioculturales, el ámbito de la salud y el medio ambiente y las condiciones laborales.
Pese a esta buena noticia, el análisis ha generado un interesante debate respecto de los elementos considerados para definir una real calidad de vida. El informe muestra a la ciudad con datos positivos en las dimensiones anteriormente mencionadas, pero por otra, reconocemos que existen complejidades que nos obligan a revisar nuestro modelo urbano existente.
Una de ellas y que el IVCU califica de forma deficiente (Bajo) es el ámbito de vivienda y entorno. En esta línea, creemos que la proliferación de tomas o campamentos, la falta de áreas verdes y la existencia de basurales clandestinos son elementos que impiden acercarse a ciudades óptimas en esta dimensión.
Asimismo, la dualidad distancia-tiempo es clave para entender por qué desde expertos hasta el ciudadano común avizoran un deterioro progresivo de la calidad de vida en nuestro Concepción metropolitano. Hoy es dramático que, producto de la congestión, los habitantes destinen largas jornadas sólo a trasladarse para acceder a servicios o lugares de trabajo.
La calidad de vida no sólo depende del quehacer municipal, sino también, del Estado y de los gobiernos de turno que deberían proveer de estos equipamientos de forma equitativa y equilibrada en las distintas comunas, para así evitar la concentración en la capital regional.
Por otra parte, las inversiones en infraestructura son necesarias y urgentes para dar respuesta y mitigar en parte estos dolores. La Ruta Pie de Monte y el Puente Industrial son obras que creemos ayudarán a descongestionar del transporte de carga la Ruta 160, una de las más colapsadas a nivel nacional.
Para una mejor conectividad no sólo bastan las obras, sino que además se debe apuntar a un trabajo conjunto entre el sector público y el privado, con el fin de dotar a la ciudad de un sistema de transporte público integrado que compita en rapidez y comodidad con el automóvil y que, a la vez, conecte espacios públicos de calidad. Una buena evaluación tuvo la extensión del Biotrén y la construcción de un metro en la última encuesta sobre el tema impulsada desde el Gobierno Regional.
Todo esto supone un conjunto de políticas públicas extendidas para abordar problemas que deben mirarse a largo plazo.
En lo inmediato, mejorar el entorno que permita a los ciudadanos sentir a su ciudad como un lugar amigable y seguro se puede y no requiere de grandes reformas. Iluminar lugares como plazas, involucrar a los vecinos en el cuidado del medio ambiente y exigir proyectos inmobiliarios para que sean un verdadero aporte a la ciudad son parte de la estrategia.
Más allá de las discusiones y debates, el ICVU 2021 nos llama a reflexionar sobre la manera de cómo debemos proyectar espacios sustentables y que sean capaces de responder de forma apropiada a las necesidades de los habitantes de nuestra ciudad.
“El ICVU 2021 es una buena noticia, pero también, reconocemos que existen complejidades que nos obligan a revisar nuestro modelo urbano existente” (Helen Martin, presidenta CChC Concepción).
