Empresas locales dan pasos para retomar ritmos de producción
Desde paralizaciones de obras hasta ajustes en sus equipos de trabajo son parte de los efectos que constructoras e inmobiliarias locales han enfrentado producto de la crisis sanitaria. Hoy, a un tranco más lento, operan con cuidados que antes eran impensados para el rubro y que apuntan a retornar a una producción normal.
A más de 100 días de que la pandemia del coronavirus llegara al país, las empresas del sector de la construcción e inmobiliario vieron sus operaciones ralentizadas y, en muchos casos, suspendidas. Hoy, la industria local hace un esfuerzo, en medio de la crisis sanitaria, por retomar un ritmo normal.
En este contexto, han debido enfrentar nuevas tareas como apoyar a sus trabajadores, consumidores y proveedores, gestionar sus cadenas de suministros para evitar interrupciones e identificar nuevos canales para llegar a la demanda, que también está evolucionando.
Para ello, gran parte de las organizaciones tuvieron la urgencia de ver qué adaptaciones ejecutar para volver a operar o ajustar su modelo de negocios.
En la constructora EBCO, que mantiene obras en todo el país y en la región del Biobío ejecuta 20 proyectos entre Concepción y Los Ángeles, con un total de 1.700 trabajadores, la pandemia los mantiene trabajando bajo estrictas medidas sanitarias para asegurar la productividad.
Gustavo Álvarez, gerente de obras, señala que aplicar medidas de protección e higiene en cada una de sus faenas es la única fórmula para evitar contagios y así lograr la operación de las obras.
Recalca que implementar estas normas ha sido un aprendizaje “duro” para toda la empresa, debido a la urgencia que significa incorporar estas medidas y que además implican cambios de hábitos en sus colaboradores. “Desde un análisis productivo, requiere la utilización de tiempo laboral y recursos humanos destinados a nuevos fines, pero estamos dispuestos a hacer esa tarea, porque es vital para producir”, recalca.
Así, trabajan evitando al máximo el contacto entre el personal y controlando los contactos estrechos. Esto, previniendo que un eventual contagio pueda afectar a un número significativo de trabajadores.
Pese a ser una situación de cuidado, Álvarez señala que el panorama más crítico lo vivieron al decretarse en el Gran Concepción las medidas de cordón sanitario y cuarentena, ésta última para San Pedro de la Paz y Hualpén.
Ambas restricciones, señala, tuvieron un efecto directo en la presencia de mano de obra y en el abastecimiento de las faenas. Según el ejecutivo, la inasistencia durante ese periodo alcanzó entre el 30% y el 50%, dependiendo de la ubicación de la obra, por la dificultad de desplazamiento de los trabajadores.
La constructora buscó controlar esta situación al reubicar a sus colaboradores. “Esto duró el tiempo que estaba decretado el cordón sanitario, pues al levantarse la medida, los trabajadores volvieron a sus obras de origen. “Fue una labor urgente y organizativamente compleja”, sostiene Álvarez.
Afirma que el caso de las cuarentenas equivale a cero de productividad, ya que es una paralización total de obras. A eso se agrega que continúan existiendo costos para la empresa, como la mantención y resguardo de las faenas, sus servicios básicos y trabajadores.
Las medidas también significaron una demora en la entrega de insumos, lo que afectó el abastecimiento y generó un retraso en los proyectos.

La ralentización del sector en general continúa y se avanza más lento, sobre todo, en temas como el despacho de materiales, por razones como cuarentenas, stock y retraso en la cadena de transporte.
VENTAS ONLINE
En Socovesa, pese a la pandemia, han logrado mantenerse activos gracias a cambios introducidos en el aspecto comercial, entre ellos, un fuerte impulso a sus canales online para contactarse con clientes y asegurar la demanda.
En tanto, en obras están trabajando con dotación completa, en las tres que mantienen en el Gran Concepción (2 en San Pedro de la Paz y una en Concepción).
Valeska Reyes, subgerenta de ventas zona centro sur, aseguró que se trabaja con turnos normales, pero diferidos en cuanto al ingreso y turnos de colación para asegurar el distanciamiento físico y evitar aglomeraciones.
Lo anterior, se pudo retomar después de un mes de tener las faenas paralizadas debido a las medidas de cordón sanitario en San Pedro de la Paz y cuarentena en esta comuna. “Esto significó un atraso de por lo menos un mes y medio en cada obra. Hoy funcionan perfecto y sin presencia de covid-19”.
Reyes comenta que en el tema comercial hubo que repensar el negocio. En la actualidad, tienen cinco salas de venta en Concepción, funcionando en horario normal. Las visitas son agendadas, pero también, están abiertas a recibir a público con un ingreso mínimo de personas y utilizando artículos de protección, como mascarillas, entre otros.
La ejecutiva cuenta que en el periodo que estas salas estuvieron cerradas hubo un trabajo intenso de atención virtual, que además implicó la capacitación del personal en todo el país y un ajuste de los procesos de trabajo al interior de la empresa.
“Readecuar procedimientos y la labor en línea nos ayudó cuando pudimos abrir nuevamente las salas. Había trabajo avanzado con clientes y gracias a ello pudimos concretar ventas”, precisa.
Afirma que desde principio de año se venía trabajando en el formato online, pero a una velocidad más lenta, que a raíz de la crisis sanitaria tuvo que incrementarse.
RALENTIZACIÓN DEL SECTOR
Armar nuevos equipos de trabajo, especialmente en el área de ventas; fue una de las principales consecuencias de las medidas sanitarias decretadas para la región y que ICuadra debió enfrentar para continuar con su productividad.
La empresa cuenta con un proyecto DS19 en San Pedro de la Paz y otro que está en plena construcción en Los Ángeles (70% de avance), el cual, pese a la contingencia, no ha sufrido la paralización de faenas.
Álvaro Greene, gerente comercial, señala que debido a las restricciones la planificación ha sido más compleja. Así como también, el conformar nuevamente equipos de venta hizo que la entrega de proyectos se dilatara, aunque en menor medida.
Señala que actualmente la ralentización del sector en general continúa y que se avanza más lento, sobre todo, en temas como el despacho de materiales; por razones como cuarentenas, stock y retraso en la cadena de transporte.
“El ritmo en la construcción se demora a lo menos dos semanas para volver luego de una paralización de obras. Entonces, es complicado, porque además la reactivación del proceso constructivo no es algo inmediato”, dice el ejecutivo.
En el tema comercial, han adoptado la tendencia online para continuar con el negocio y aplican medidas sanitarias a la hora de agendar visitas a algún proyecto o sala de ventas.
Greene señala que lo que está preocupando al sector es la baja aprobación de créditos hipotecarios por parte de la banca, lo que a su juicio, está poniendo en jaque a todo el rubro inmobiliario.
Lo anterior, ha llevado que por lo menos en el caso de esta inmobiliaria se flexibilicen algunas condiciones, como la repactación de cuotas. “Indudablemente prefiero mantener a un cliente, que perderlo”, puntualiza.
